
El gran evento, como cada año, reuniría a los ATANdilis de todas las razas y pueblos que existen en la Tierra Media. Así, entre grandes edificaciones de paredes con múltiples colores, todos los tolkiendilis dispuestos a asistir tenían garantizado pasar más de un grato momento.
Con los nervios propios y previos a cada viaje, representantes de las distintas razas que conforman el clan del Smial Valinor se preprararon para asistir a tan importante evento. Entre artesanías, ATAvios, y elementos decorativos, emprendieron el gran viaje desde el Oeste apenas el sol asomó sus rayos por el horizonte. Y así, en lo que los valinorenses viajantes denomiman el “Enano Móvil”. El Sr. Enano Aegnor salió de su hogar enano y levantó en el camino al orco que todos llaman “AL” (sí, aunque no lo crean, en Valinor tenemos orcos). Luego siguió la marcha hasta una pequeña fortaleza que está en los lindes de Lórien, allí lo esperaban la elfa Anië y sus dos pequeños elfitos. Minutos después, estaban ya en tierras de Rohan, donde la rohir Lainiel se unió a la marcha desde el Oeste.

El contingente valinorense llegó a la hora señalada al lugar del gran evento: la TK08. Con gran entusiasmo y ansiedad comenzaron a descargar todo lo que habían transportado. Poco después de descargar todo, comenzaron a armar su stand y su tienda elfica, donde el espejo de Galadriel, un arco Galadhrim, y el bello farol de Lothlórien que lo distingue se lucían. Mientras armaban su tienda elfica, Halbarad, el gran Montaraz, e Incanus, el mago, aparecieron en escena y se les unieron. De pronto, promediando la tarde de la primera jornada, un gélido y fuerte viento, que parecía soplar desde la cima del Caradhras casi destruye todo. No obstante, nada detuvo a los valinorenses que lograron vencer a esa aparente fuerza oscura que hacía soplar el viento con inclemencia, y recuperaron la alegría cuando vieron aparecer a la alegre hobbit Zoy.


Ya había pasado un día del maravilloso evento. Sólo quedaba una jornada por disfrutar para todos los ATAndilis. Los Valar habían decidido bendecirnos con un día soleado, aunque algo frío. Entre Charlas, Conferencias, Soft-Combat, Paseo de Artesanos, Obras de Teatro, Desfiles de ATAvios y el sorteo de la esperada Rifa que se hace en cada TK, otra jornada pasó volando, y nuevamente nos sorprendió la noche, que ahora nos brindaba la grata música de Achaiva.
Había llegado el momento de partir. Con la nostalgia y la tristeza a flor de piel por sentir que dos días no habían sido suficientes, todos los ATAndilis que vivimos de la magia de la Tierra Media en tan maravillosas jornadas, nos fuimos preparando para partir rumbo a nuestros hogares. Con los corazones colmados de felicidad por los buenos momentos, y algo estrujados de tristeza por saber que para ver a muchos tendremos que esperar otro año más, empezamos a preparar nuestro regreso a tierras Valinorenses llevándonos y atesorando los mejores recuerdos en nuestras mentes. Gracias a todos los ATAndilis que hicieron que esta TK sea inolvidable!!!.